domingo, 12 de mayo de 2019

"Ninguna imagen superará esto": los astrónomos del telescopio Hubble han creado una impresionante imagen del universo profundo a partir de 16 años de fotografías (businessinsider.es)

° Unos astrónomos publicaron el jueves una imagen increíble usando datos del Telescopio Espacial Hubble durante 16 años.

° La imagen del espacio, hecha a partir de 7.500 fotos, muestra una mancha apenas más pequeña que el tamaño de la luna en el cielo.

°Los investigadores estiman que la imagen incluye 265.000 galaxias, algunas de las cuales aparecen tal y como existían hace 13.300 millones de años.

°Las galaxias más tenues que se ven son 10.000 millones de veces más tenues de lo que los ojos humanos pueden ver.




El jueves, un grupo de astrónomos publicó una nueva y asombrosa imagen del universo más profundo. La imagen, que se muestra en su totalidad al final de este post, contiene quizás 265.000 galaxias visibles amontonadas en una región más pequeña que el tamaño que la Luna aparenta tener en el cielo a la vista humana.

La imagen está compuesta por más de 7.500 fotos tomadas durante 16 años por el Telescopio Espacial Hubble, operado por la NASA y la Agencia Espacial Europea. Si el Hubble hubiera tomado las imágenes en una observación consecutiva, habría tardado 250 días.

"Ninguna imagen superará a ésta hasta que se lancen futuros telescopios espaciales como el James Webb", dijo en un comunicado de prensa Garth Illingworth, astrónomo de la Universidad de California en Santa Cruz (California, Estados Unidos).

La nueva imagen es parte de un proyecto en curso conocido como el Campo del Legado del Hubble. La idea es enfocar el escaso tiempo del Hubble y su increíble poder de resolución en una pequeña área del cielo nocturno, año tras año, y construir la imagen más profunda y completa del espacio. Esa pequeña encuesta se aplicará entonces al universo más grande para mejorar la comprensión de los astrónomos de la misma tanto en el espacio como en el tiempo.

El proyecto comenzó en 1995 cuando el telescopio tomó su primera y famosa imagen del Campo Profundo del Hubble. Para esa foto, el Hubble apuntó a uno de los parches más oscuros del cielo nocturno y lo observó durante 10 días, tomando más de 340 fotos del lugar. Los científicos combinaron las imágenes en una imagen que reveló el resplandor de varios cientos de galaxias nunca antes vistas, ampliando nuestra comprensión de la escala y la historia del universo.



Desde entonces, los astronautas han volado varias veces al Hubble para hacer reparaciones, actualizar las cámaras e instalar nuevo hardware, mejorando la visión del observatorio del espacio profundo.

Los astrónomos han explotado estas mejoras no sólo para mejorar la imagen original de Campo Profundo, sino también para ampliar la visión del espacio a su alrededor.

"Ahora que hemos ido más allá que en estudios anteriores, estamos capturando muchas más galaxias lejanas en el mayor conjunto de datos jamás producido", dice Illingworth.

Los colores de la foto se extienden desde un poco más allá de los bordes de la visión humana -desde la luz ultravioleta hasta la luz cercana al infrarrojo- y contienen galaxias 10.000 millones de veces más tenues de lo que nuestros ojos desnudos pueden detectar.

Esto ofrece una visión más profunda que nunca del pasado: una mirada a las galaxias tal como existían hace 13.300 millones de años. Ese es el tiempo que les ha tomado su luz para alcanzar los sensores del Hubble y muestra un tiempo cerca de 500 millones de años después del nacimiento del universo.

Antes del Hubble, los mejores telescopios podían ver la luz de objetos a sólo 7.000 millones de años-luz de distancia.




Aca te dejamos el enlace para que puedas explorar la imagen del Hubble a tamaño completo.

Si se imprimiera con una resolución de calidad fotográfica, se extendería más de 2,16 metros por cada lado.

"El Hubble ha pasado más tiempo en esta pequeña área que en cualquier otra región del cielo", dice el comunicado de prensa.

Los investigadores continuarán añadiendo y mejorando la imagen con nuevas observaciones del Hubble mientras el telescopio esté operativo. (Cuando el Hubble se apague, la NASA podría intentar sumergirlo en un "cementerio de naves espaciales" en el Océano Pacífico.)

Pero una vez que se lance el superpoderoso telescopio espacial James Webb y comiencen a funcionar los enormes observatorios terrestres, nuestra visión de este trozo de cielo nocturno - y el conocimiento de los confines más lejanos del espacio y el tiempo - simplemente mejorará.

Link para ver el articulo en su sitio original

No existe posibilidad alguna de que planetas similares a la Tierra alberguen vida si orbitan estrellas muy jóvenes (fayerwayer.com)

Según un estudio, las estrellas demasiado jóvenes proveen de tanta radiación que sería imposible que hubiera vida en los planetas que le orbitan.


Constantemente los astrónomos buscan por el universo planetas parecidos al nuestro. Ante esto, se han hecho aproximaciones que dicen que uno de cada cinco estrellas alberga al menos un planeta de tamaño similar y ubicado en su zona habitable. Sin duda, un indicio muy optimista de que podríamos encontrar vida.
No obstante, un grupo de científicos de la Universidad de Viena se encargó de aterrizarnos a la realidad. En su investigación publicada hace poco en  Journal Astronomy and Astrophysics, señalan la poca probabilidad de que muchos de esos planetas puedan tener vida en su superficie. Esto, tomado más allá de mera cuestión estadística.
¿Por qué dicen esto? La razón sería nada más y nada menos que la juventud de cierta cantidad de estrellas. Esto fue determinado luego de hacer simulaciones con planetas que giran en torno a estrellas demasiado jóvenes. En otras palabras, soles de unos pocos millones de años (el nuestro  tiene 4.603 millones).

Para que un planeta pueda albergar vida, no basta con estar en la zona habitable de su sistema solar. Otro factor importante para este hecho es el contar con una atmósfera. Según el documento, estrellas muy jóvenes podrían destruir con relativa facilidad la atmósfera de cualquier cuerpo cercano.
Lo que sucede es que una estrella joven expulsa grandes cantidades de radiación. Estas durante un tiempo son bastante activas hasta que con el paso del tiempo reducen su intensidad. Eso sí, esto depende de la masa de la estrella: con enanas de clase M toma miles de millones de años para que reduzcan su actividad al estado actual de nuestro sol.
Esto quiere decir que con su exagerada liberación de radiación eliminaría rápidamente la atmósfera de un planeta. Si bien esto ya se había estudiado antes, ahora se sabe cuánto se tardaría para que tuviera esos efectos en la atmósfera. En la exposición de una estrella joven se perdería la atmósfera en menos de un millón de años. Por supuesto, esto es un abrir y cerrar de ojos en términos astronómicos.
Básicamente con esto una buena parte de los planetas más atractivos estarían descartados para albergar vida. Después de todo, sin una atmósfera y con niveles de radiación brutales, habría que esperar miles de millones de años antes de siquiera pensar que algo podrá estar allá respirando.

Enlace al sitio original aquí


sábado, 4 de mayo de 2019

Sol




El Sol (del latín sol, solis, «dios Sol invictus» o «sol», Helios en la mitología griega, a su vez de la raíz protoindoeuropeasauel-, «brillar»)​ es una estrella de tipo-G de la secuencia principal y clase de luminosidad V que se encuentra en el centro del sistema solar y constituye la mayor fuente de radiación electromagnética de este sistema planetario. Es una esfera casi perfecta de plasma, con un movimiento convectivo interno que genera un campo magnético a través de un proceso de dinamo. Cerca de tres cuartas partes de la masa del Sol constan de hidrógeno; el resto es principalmente helio, con cantidades mucho más pequeñas de elementos, incluyendo el oxígeno, carbono, neón y hierro.Se formó hace aproximadamente 4600 millones de años a partir del colapso gravitacional de la materia dentro de una región de una gran nube molecular. La mayor parte de esta materia se acumuló en el centro, mientras que el resto se aplanó en un disco en órbita que se convirtió en el sistema solar. La masa central se volvió cada vez más densa y caliente, dando lugar con el tiempo al inicio de la fusión nuclear en su núcleo. Se cree que casi todas las estrellas se forman por este proceso. El Sol es más o menos de edad intermedia y no ha cambiado drásticamente desde hace más de cuatro mil millones de años, y seguirá siendo bastante estable durante otros cinco mil millones de años más. Sin embargo, después de que la fusión del hidrógeno en su núcleo se haya detenido, el Sol sufrirá cambios severos y se convertirá en una gigante roja. Se estima que el Sol se volverá lo suficientemente grande como para engullir las órbitas actuales de Mercurio, Venus y posiblemente la Tierra.

La Tierra y otros cuerpos (incluidos otros planetas, asteroides, meteoroides, cometas y polvo) orbitan alrededor del Sol. Por sí solo, representa alrededor del 99,86 % de la masa del sistema solar.​ La distancia media del Sol a la Tierra fue definida exactamente por la Unión Astronómica Internacional en 149.597.870.700 metros (aproximadamente 150 millones de kilómetros). Su luz recorre esta distancia en 8 minutos y 20 segundos.


La energía del Sol, en forma de luz solar, sustenta a casi todas las formas de vida en la Tierra a través de la fotosíntesis, y determina el clima de la Tierra y la meteorología.


Es la estrella del sistema planetario en el que se encuentra la Tierra; por lo tanto, es el astro con mayor brillo aparente. Su visibilidad en el cielo local determina, respectivamente, el día y la noche en diferentes regiones de diferentes planetas. En la Tierra, la energía radiada por el Sol es aprovechada por los seres fotosintéticos que constituyen la base de la cadena trófica, siendo así la principal fuente de energía de la vida. También aporta la energía que mantiene en funcionamiento los procesos climáticos.

El Sol es una estrella que se encuentra en la fase denominada secuencia principal, con un tipo espectral G2 y clase de luminosidad V, por tanto, también es denominada como enana amarilla, se formó entre 4567,9 y 4570,1 millones de años y permanecerá en la secuencia principal aproximadamente 5000 millones de años más. El Sol, junto con todos los cuerpos celestes que orbitan a su alrededor, incluida la Tierra, forman el sistema solar.


A pesar de ser una estrella mediana, es la única cuya forma se puede apreciar a simple vista, con un diámetro angular de 32′ 35″ de arco en el perihelio y 31′ 31″ en el afelio, lo que da un diámetro medio de 32′ 03″. La combinación de tamaños y distancias del Sol y la Luna son tales que se ven, aproximadamente, con el mismo tamaño aparente en el cielo. Esto permite una amplia gama de eclipses solares distintos (totales, anulares o parciales).


Características

El Sol es una estrella de tipo-G de la secuencia principal que abarca aproximadamente el 99,86 % de la masa del sistema solar. El Sol tiene una magnitud absoluta de +4.83, estimada como más brillante que el 85% de las estrellas de la Vía Láctea, la mayoría de las cuales son enanas rojas. El Sol pertenece a la Población I, o a las estrellas ricas en elementos pesados. La formación del Sol pudo haber sido provocado por ondas de choque de una o más supernovas próximas. Esto fue planteado debido a la gran abundancia de elementos pesados en el sistema solar, como el oro y el uranio, en relación con las abundancias de estos elementos en la llamada Población II de estrellas, siendo éstas pobres en elementos pesados. Estos elementos podrían haberse producido por reacciones nucleares endotérmicas durante una supernova, o por transmutación a través de la absorción neutrónica dentro de una estrella masiva de segunda generación.
El Sol es, con diferencia, el objeto más brillante en el cielo, con magnitud aparente de -26,74. Es unos 13 000 millones de veces más brillante que la segunda estrella más brillante, Sirio, que tiene una magnitud aparente de -1.46. La distancia media del centro del Sol al centro de la Tierra es de aproximadamente 1 unidad astronómica (alrededor de 150 millones de kilómetros), aunque la distancia varía a medida que la Tierra se mueve desde el perihelio en enero hasta el afelio en julio. En esta distancia media, la luz viaja desde el horizonte del Sol hasta el horizonte de la Tierra en unos 8 minutos y 19 segundos, mientras que la luz desde los puntos más cercanos del Sol y de la Tierra tarda aproximadamente dos segundos menos.

El Sol no tiene un límite definido y en sus partes externas su densidad disminuye exponencialmente al aumentar la distancia desde su centro. No obstante, a efectos de medición, se considera el radio solar como la distancia que engloba desde su centro hasta el borde de la fotosfera, la superficie visible aparente del Sol. Con base en esta medida, el Sol es una esfera casi perfecta con un achatamiento estimado de 9 millonésimas, lo que significa que su diámetro polar difiere de su diámetro ecuatorial por tan solo 10 kilómetros. El efecto mareal de los planetas es débil y no afecta significativamente a la forma del Sol. El Sol rota más deprisa por su ecuador que por sus polos. Esta rotación diferencial es causada por el movimiento de convección debido al transporte de calor y al efecto coriolis producido por la rotación del Sol. En un marco de referencia definido por las estrellas, el periodo de rotación es de aproximadamente 25,6 días en el ecuador y de 33,5 días en los polos. Visto desde la Tierra en su órbita alrededor del Sol, el período de rotación aparente del Sol en su ecuador es de unos 28 días.

Composición



El Sol está compuesto principalmente por los elementos químicos hidrógeno y helio; que representan el 74,9% y el 23,8% de la masa del Sol en la fotosfera, respectivamente. Todos los elementos más pesados, llamados metales en astronomía, representan menos del 2% de la masa, con el oxígeno (más o menos el 1% de la masa del Sol), carbono(0,3%), neón (0,2%), y el hierro (0,2%) siendo el más abundante.

Hoy en día, la fusión nuclear en el núcleo del Sol ha modificado la composición mediante la conversión del hidrógeno en helio, por lo que ahora la parte más interna del Sol es más o menos un 60% de helio, junto con la abundancia de elementos más pesados sin ser alterados. Debido a que el calor se transfiere desde el centro del Sol por radiación en vez de por convección, ninguno de los productos de fusión del núcleo han llegado a la fotosfera.

La zona reactiva del núcleo de "combustión del hidrógeno", donde el hidrógeno se convierte en helio, está empezando a ser circundado por un núcleo interno de "cenizas de helio". Este desarrollo continuará y posteriormente tendrá lugar la salida del Sol de la secuencia principal para llegar a convertirse así en una gigante roja.

La abundancia de elementos pesados solares descritos anteriormente son medidos usando tanto espectroscopia de la fotosfera del Sol como midiendo las abundancias en los meteoritos que nunca han sido calentados a temperaturas de fusión. Se cree que estos meteoritos retienen la composición del Sol protoestelar y, por lo tanto, no se ve afectado por la sedimentación de elementos pesados. Por lo general los dos métodos concuerdan bien.

Dos estrellas de Neutrones chocaron cerca del sistema solar hace miles de millones de años (fayerwayer.com)

La fuerte colisión de las estrellas se produjo hace 4.600 millones de años siendo una fuente probable para la formación de materia en el sistema solar.

Astrónomos han descubierto que hace 4.600 millones de años atrás ocurrió una gigantesca colisión y explosión por parte de dos estrellas de neutrones, las cuales fueron una de la fuentes más probables de materia para la formación posterior del sistema solar.
El grupo de científicos astrofísicos pertenecientes a las Universidades de Columbia y de Florida lograron comprobar la existencia del evento cósmico sin precedentes el cual ocurrió cercano a nuestro sistema solar.
Según los resultados de la investigación alrededor de 0.3% de los elementos pesados que existen en la Tierra, como es el caso del oroplatino y uranio llegó a las rocas del planeta por causa de esta gigantesca explosión.

Para los expertos, esta violenta explosión fue trascendental para que se pudiera formar el sistema solar, el sol y los planetas que estamos en el. Para Imre Bartos, experto astrofisico a cargo de la investigación "Esto significa que cada uno de nosotros encontraremos en nosotros un poco de estos elementos químicos, principalmente en forma de yodo, el cual es esencial para la vida".
Al parecer existe una innegable conexión entre el pasado de nuestro sistema solar y este importante evento cósmico, el cual fue clave para el inicio de todo por este lado de la Vía Láctea.
Luego de gran explosión, quedo flotando por el universo una gran cantidad de isotopos radioactivos, los cuales gracias a meteoritos fueron atraídos hacia un naciente sol el cual recién comenzaba su vida.


Según los expertos "a medida que los isotopos de descomponen, actúan como relojes que se pueden usar para reconstruir el momento en que fueron creados".  En los resultados, los científicos calcularon que la violenta explosión ocurrió solo 100 millones de años antes de la formación de la Tierra.
Esto significó que la nube de gas resultante de esta gigantesca explosión pudo haber formado finalmente el sistema solar. Lo expertos creen que este descubrimiento puede marcar un antes y después en la ciencia, ya que esto puede explicar el origen de la vida.



viernes, 3 de mayo de 2019

Investigadora de la UNAM realiza descubrimiento en la galaxia Messier 106 (codigoespagueti.com)

La Dra. Rosa Amelia González-Lópezlira, investigadora del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM, encabezó al equipo responsable.



Un equipo científico internacional liderado por la Dra. Rosa Amelia González-Lópezlira, investigadora del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM Campus Morelia (IRyA), fue responsable del descubrimiento de cúmulos globulares en la galaxia espiral Messier 106 (también conocida como M106 o NGC4258), mismos que podrían ser una reliquia de lo que se conoce como el mediodía cósmico.

cúmulos globulares son aglomerados de entre cien mil y un millón de estrellas. Son objetos comunes, en especial en las galaxias grandes. La Dra González-Lópezlira tiene 160 de estos cúmulos, mientras que las galaxias elípticas llegan a tener decenas de miles de ellos. Comúnmente estos cúmulos se encuentran distribuidos como en una esfera alrededor de las galaxias.
Todas las estrellas de un cúmulo globular son aproximadamente contemporáneas y tienen una composición química similar. “Se desconoce cómo se formaron estos cúmulos, y hay varias hipótesis que intentan explicarlo: una dice que preceden a la formación de las galaxias o que se formaron junto con ellas, aún otra postula que algunos aparecen cuando el gas choca durante una fusión de galaxias”, indica González-Lópezlira, que publicó los resultados de sus estudios en The Astrophysical Jorunal. “En la Vía Láctea,  por ejemplo, la mayoría de los cúmulos globulares parece haberse formado junto con la Galaxia. Unos pocos  fueron formados o adquiridos posteriormente, al irse fusionando con ella una o varias galaxias pequeñas.”



El artículo que se publicó hoy, forma parte de un proyecto más amplio para estudiar los sistemas de cúmulos globulares en nueve galaxias espirales dentro de un radio de 52 millones de años luz. “Nos interesa en particular la relación entre el número de cúmulos globulares y la masa del agujero negro central en galaxias espirales”, explica la Dra. González-Lópezlira, quien encabeza esta investigación.
El principal hallazgo del proyecto hasta ahora, apunta la Dra. González-Lópezlira, fue totalmente inesperado y sorprendente. En vez de distribuirse en una esfera, “los cúmulos globulares de M106 parecen estar dispuestos en un disco que gira en fase y prácticamente tan rápido como el disco gaseoso de hidrógeno neutro (HI) de la galaxia, aun a grandes distancias del centro de la misma. Esto no se había visto nunca antes.
Además, el disco donde se distribuyen los cúmulos de M106 se parece mucho a los discos donde vemos que se estaban formando estrellas hace 10,000 millones de años. “La especulación es que el disco de cúmulos de M106 es una reliquia o remanente de esta época del mediodía cósmico”.


miércoles, 1 de mayo de 2019

La misión Solar Orbiter tratará de descifrar los misterios del Sol mientras soporta temperaturas de 500 grados (20minutos.es)

° Posee un escudo térmico de titanio, fibra de carbono e incluso huesos de animales.
° Permitirá estudiar el impacto del viento y las tormentas solares en la Tierra
° Será lanzada al espacio en febrero de 2020 y llegará a su destino dos años después.

El Sol parece un disco amarillo de brillo constante pero la realidad es más compleja: emite altos niveles de radiación, tiene un gran número de manchas y expulsa de manera violenta partículas que eventualmente podrían llegar a la Tierra. Pero, ¿cómo genera toda esta enorme actividad?

a Agencia Espacial Europea (ESA), en colaboración con la NASA, va a tratar de dar respuesta a esta y otras preguntas gracias a Solar Orbiter, la misión que fotografiará el Sol desde más cerca, a 42 millones de kilómetros, con un escudo térmico hecho de titanio, fibra de carbono, mantas térmicas e incluso un recubrimiento de huesos animales para soportar temperaturas de hasta 500 grados.

Solar Orbiter, con participación científica, académica y empresarial española y equipada con antenas, detectores, sensores y nueve telescopios, será lanzada al espacio en febrero de 2020 desde Cabo Cañaveral, EE UU, y llegará a su destino dos años después, para lo que empleará la asistencia gravitatoria de Venus y la Tierra.

En la actualidad, la misión está en unas instalaciones en Alemania, a las afueras de Múnich, en un ensayo de pruebas ambientales, al que le seguirá uno de parámetros electromagnéticos.

Más que lista para ser lanzada

Solar Orbiter, que acumula tres años de retraso por sus dificultades técnicas, "está ahora más que lista para ser lanzada", ha asegurado en rueda de prensa el jefe de proyecto, César García.

El Sol presenta un ciclo de unos once años en el que su actividad magnética varía entre un mínimo y un máximo y en la actualidad nuestra estrella está en un mínimo solar, pero, cuando está en su máximo de actividad magnética, expulsa grandes cantidades de material y muestra un gran número de manchas solares que se aprecian como zonas más oscuras.

Estos cambios de actividad tienen un impacto gigante en el espacio interplanetario, ya que el viento y las tormentas solares están determinadas por estos, pero también puede afectar a la Tierra.

Útil para los satélites de comunicaciones

Y es que, cuando las partículas son altamente energéticas, podrían vencer el escudo natural que posee el planeta (campo magnético o magnetosfera), lo que podría dañar satélites de comunicaciones, sistemas de navegación como GPS o redes de transporte de energía eléctrica, ha detallado Luis Sánchez, jefe de desarrollo de operaciones de ciencia de Solar Orbiter.
De ahí la importancia de esta misión, ya que va a estudiar de dónde proceden estas partículas y cómo se aceleran para, entre otros, tratar de dar pistas y avisar con antelación sobre su posible llegada a la Tierra, ha resumido Javier Rodríguez-Pacheco, investigador principal de EPD, un detector de partículas energéticas liderado por la Universidad de Alcalá.
Además, Solar Orbiter tratará de comprender por qué el viento solar se acelera hasta 800 kilómetros por segundo o por qué su corona se calienta hasta entre 1 y 2 millones de grados, ha indicado Yannis Zouganelis, responsable científico adjunto del proyecto.
Para ello, el satélite, que en su punto más cercano estará un poco más cerca del Sol que Mercurio, tiene diez grandes instrumentos con antenas, detectores y telescopios que deberán trabajar de manera coordinada y planificada. "Ahí está la clave", ha apuntado Anik de Groof, coordinadora de operaciones de instrumentación de la misión.

Solar Orbiter tiene una vida útil de siete años, extensible tres años más, y dos paneles solares.

Participación española

España, además del detector EPD, también participa en PHI, uno de los telescopios solares de alta resolución capaz de medir la sismología solar y el campo magnético.
Han colaborado, además de la de Alcalá, las universidades de Barcelona, la Politécnica de Madrid, y la de Valencia, los Institutos de Astrofísica de Andalucía y Canarias y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial.

La aportación española ha sido muy importante y "sacrificada, en un momento de crisis económica profundo", ha recordado Rodríguez-Pacheco. "Somos muy buenos cuando nos dejan", ha añadido.

Planetas con condiciones muy inusuales y extremas (quo.es)

HD 189773b


A unos 62 años luz de la Tierra, se encuentra HD 189773b. Es apenas un poco más grande que Júpiter y de un color azul profundo producto de la extraña atmósfera del planeta compuesta principalmente de átomos y partículas de silicato. Pero bajo su bella apariencia se esconden vientos que alcanzan los 8.600 km/h y temperaturas de 900° C. Por si fuera poco, debido a las partículas de silicato, en HD 189773b llueve vidrio. Literalmente.

J1407b


Si Saturno tomara esteroides, se llamaría J1407b. Este planeta, a 434 años luz de la Tierra, tiene anillos que le rodean, pero se extienden 640 veces más que los de Saturno. Si estuviera en su lugar, en nuestro sistema solar, los anillos serían visibles en el cielo terrestre y se verían mejor aún que la luna llena. Tan grande es este sistema de anillos que en su interior hay una luna del tamaño de Marte.

HAT-P-7b 



HAT-P-7b se encuentra en la constelación de Cygnus, a unos 1.000 años luz de la Tierra. En el lado nocturno de este exoplaneta, se produce una alta precipitación de óxido de aluminio (corindón). Debido a que las gemas de corindón son rubíes y zafiros, se puede describir el clima del planeta como “precipitaciones de rubíes y zafiros”. Como dato curioso, fue el objeto un millón observado por el telescopio Hubble.

Gliese 436b


Gliese 436b es otro de esos planetas raros, raros. Ubicado en nuestro barrio cósmico (apenas a 30 años luz) es un ejemplo de que hay cosas que aún no entendemos del universo. El planeta está 15 veces más cerca de su estrella que Mercurio, lo que hace que su temperatura llegue a los 500ºC. Lo extraño es que, pese a esta tórrida atmósfera Gliese 436b tiene hielo en los polos. ¿Cómo es posible? Debido a que la gravedad extrema, las trazas de vapor de agua en la atmósfera se comprimen y forman hielo sólido.

Ogle-2005-Blg-390lb



Para llegar aquí tendrás que viajar más aún que para acercarte a los castillos de la Guardia de la Noche de Juego de Tronos: en total 20.000 años luz. Entonces habrás puesto pie en Ogle-2005-Blg-390lb, en la constelación de Sagitario. Este planeta está demasiado lejos para sentir el poco calor generado por la enana roja que tiene por estrella. Así la temperatura en este lado del Universo rara vez está por encima de los -220ºC . Obviamente la vida en la superficie de este desierto congelado es altamente improbable, sin embargo, las cosas podrían ser distintas bajo la superficie. El planeta podría tener un núcleo capaz de generar calor y el calentamiento de las mareas causado por la atracción gravitatoria de las lunas en órbita podría mantener caliente el interior del planeta. Esto podría derretir gran parte del hielo interior y crear un gigantesco océano de agua bajo de la superficie.

Psr B1620-26 B



Pregunta rápida: ¿Puede haber un planeta tan antiguo como el Universo? La lógica indica que no, pero… Psr B1620-26 B tiene una edad estimada de 13 mil millones de años, casi el triple que la Tierra. Obviamente ha visto mucho a lo largo de su vida. Se formó alrededor de una estrella joven, parecida al sol, apenas mil millones de años después del Big Bang, orbita dos estrellas ya muertas en un cúmulo en el que hay más de 100.000 estrellas. El cielo aquí debe ser… viejo y frío.

TrES-4b



TrES-4b está a unos 1.400 años luz de distancia y es uno de los exoplanetas más grandes jamás descubiertos hasta la fecha, ya que es casi 2 veces más grande que Júpiter, lo que es mucho decir ya que en Júpiter entrarían 1.300 planetas Tierra. Pero no es su tamaño lo que lo hace distinto a TrES-4b, sino su densidad, similar a la del corcho. Esto ha hecho que sea el planeta más grande y el menos denso conocido. La razón de su baja densidad se debe, probablemente a las temperaturas extremas: 1.260ºC.

HD 106906b


Este planeta es un gigante: enorme en tamaño y muy lejos de cualquier fuente de calor. Así es HD 106906b, un exoplaneta ubicado a 300 años luz de la Tierra. Se encuentra 20 veces más lejos de su estrella que Neptuno del Sol, pero tiene once veces la masa de Júpiter, lo que lo convierte en una rareza que aún no se explica del todo. Y la guinda en el pastel es que la lógica indicaría que el frío aquí debería ser terrible, pero no: su temperatura en la superficie es de 1.500ºC.

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"Ninguna imagen superará esto": los astrónomos del telescopio Hubble han creado una impresionante imagen del universo profundo a partir de 16 años de fotografías (businessinsider.es)

°  Unos astrónomos publicaron el jueves una imagen increíble usando datos del Telescopio Espacial Hubble durante 16 años. °  La imagen del...